Sexología

DECÁLOGO DEL ORGASMO RESPONSABLE

QUIERO TENER ORGASMOS RESPONSABLES

Decálogo para el empoderamiento sexual

y el mantenimiento de la «autoestima orgásmica».

por Marien Figueredo

 

Para alcanzar una “satisfacción orgásmica” debemos ser capaces de identificar y gestionar una serie de aprendizajes, prejuicios o creencias e inseguridades.

Después de leer, estudiar, observar e incluso sentir en primera persona esta sublime sensación he llegado a una serie de conclusiones que voy a recoger en este decálogo a modo de recomendaciones para aquellas mujeres que quieran vivir la plenitud de sentirse empoderadas gracias a sus orgasmos.

 

  1. No voy competir con mi orgasmo.

“Mi pareja actual se lamenta de que sus parejas anteriores parecían disfrutar más que yo en la cama. Lo que me produce frustración, en cierto modo me siento cuestionada y obligada a ser mejor amante que el resto”.

  •  Cada persona vive la sexualidad de forma diferente, es como el baile, cada cual tiene su estilo y no por ello unas personas son mejores que otras. Nadie tiene derecho a juzgarte, e invitarte a actuar de una forma que no te represente y mucho menos a infravalorarte.

 

  1. No quiero sentir vergüenza.

“Cuando alcanzo el clímax me desato totalmente, y se acaba enterando todo el vecindario”; “A veces he llegado a sentir vergüenza con mi pareja sexual al darme cuenta de que me miraba como si estuviese loca”. 

  • Mientras no te pongan una multa por sobrepasar el nivel de decibelios permitido, NO hay problema. Si te da por gritar, reír, si tienes capacidad para soltar un chorro a propulsión, o si acabas llorando por la emoción, significa que has disfrutado, no les des más vueltas.

  

  1. No estoy dispuesta a tener un orgasmo bajo coacción.

Si es que llegas a tenerlo … “No me apetece nada pero no quiero que se enfade mi pareja”; “Mi chico va a pensar que ya no me atrae, o que tengo algo por ahí …”, “Quiere hacerlo sin protección porque dice que así le gusta más, me da mal rollo pero él me gusta tanto …” “Le he dicho que NO pero no respeta mi decisión y sigue insistiendo hasta que acepto para que me deje tranquila”.

  •  El sexo es un acuerdo, no tenemos la obligación de complacer a nuestra pareja, si se enfada o no lo encaja bien hay que hablar del tema y aclarar las dudas y temores. Tratar el asunto con asertividad es imprescindible para encontrar un punto de acuerdo. En el resto de planteamientos simplemente NO es NO y no cabe alternativa.

 

  1. No quiero sentirme culpable por disfrutar de mi placer.

Y aquí nos topamos con la iglesia. “Masturbarse está mal, sobre todo teniendo pareja”; “¡Qué vergüenza, los temas sexuales sólo se tratan en la intimidad …”.

  •  Sentir placer no es “pecado”, todo lo contrario, es algo positivo. Debes reconciliarte con tu cuerpo para empezar, explorar aquellas zonas que no te atreves ni a mirar, sentir placer y dejar que la naturaleza trabaje. Aparcar los prejuicios sobre todo si están muy arraigados a veces no es fácil pero no es imposible, ahora es un buen momento para reeducarte y emprender tu crecimiento erótico.

 

  1. No voy a obsesionarme porque mi amiga es multiorgásmica y yo no.

“Si ya me cuesta llegar una vez, como para lograrlo varias veces…”; “Yo creo que eso es un falso mito y que las que dicen ser multiorgásmicas lo hacen para llamar la atención pero en realidad no es cierto”.

  •  La multiorgasmia es un hecho estudiado y comprobado. Independientemente de este hecho, la sensación que produce un orgasmo es muy subjetiva, y compararse con otras personas no es positivo en este sentido. Por otro lado, no olvidemos que generalmente mentimos y exageramos. No te creas todo lo que te cuenten. Es importante aceptar tu placer e intenta ir mejorando poco a poco, sin prisas, sin metas impuestas. Pero sobre todo interpreta el placer que sientes como válido y lo que tenga que llegar llegará, sin presiones.

 

  1. No quiero frustrarme porque últimamente no llego.

“No sé que me ocurre, pero llevo una temporada en la que no consigo llegar, no sé si será por el estrés o el cansancio ¿tengo un problema?”; “Desde que comencé a tener desajustes por la menopausia todo está cambiando, me excito pero no puedo tener un orgasmo ¿tendré que resignarme y aceptar que esto es lo que toca?”; “ Ser madre ha cambiado por completo mi vida sexual, ya no logro disfrutar”.

  • Todas las personas pasamos por diferentes etapas y circunstancias. Si te obsesionas e intentas controlar la situación para lograr el orgasmo lo único que vas a conseguir es empeorar la situación. Desgraciadamente vivimos sometidos a muchas tensiones y cambios: estrés, falta de descanso, depresiones, embarazos, partos, intervenciones quirúrgicas, enfermedades crónicas … No sumes una presión más, disfruta del momento sin tener el objetivo de alcanzar el orgasmo, tu cuerpo y tu mente te lo agradecerán. Tampoco se resignes a creer que los cambios son permanentes sin asesorarte previamente por profesionales.

 

  1. No pretendo obligarme a utilizar productos o juguetes con los que no me identifico.

“Mi marido, preocupado por mi falta de deseo leyó que los juguetes sexuales ayudan y me trajo a casa un vibrador que me produce pavor nada más verlo.”

  •  El sexo es para disfrutar, para ir descubriendo novedades poco a poco, de forma agradable, ¡pero no le lleves a tu pareja ese mega vibrador de 25 centímetros si nunca se ha atrevido a usar un juguete sexual! Háblalo, normaliza la situación, si siente mucho pudor comienza por algo muy discreto y elegante, no olvides que la cosmética erótica es una excelente opción que agrada a todos los públicos. Y sobre todo paciencia, los prejuicios no se superan imponiendo sino reeducando.

 

 

  1. No quiero tener un orgasmo en pareja, no estoy preparada.

“Salgo con un chico desde hace un par de semanas, él es mayor que yo y ya ha tenido relaciones sexuales antes, me insiste mucho en el tema y estoy hecha un lío, yo realmente aún no quiero tener sexo pero sé que si no lo hago le voy a perder”.

  •  Much@s jóvenes, sobre todo mujeres inician sus relaciones sexuales sin estar totalmente seguras, sólo por complacer, porque el resto del grupo con el que suele salir ya practican sexo, o porque “no me vaya a dejar mi pareja”.

Dejar que otra persona “invada tu intimidad” o “invadirla” es un acto que requiere responsabilidad, no es sólo una cuestión fisiológica, de una u otra forma van a intervenir los sentimientos. Tampoco se trata de esperar a que llegue amor de tu vida (que no existe) o de que tienes que elegir muy bien porque ya te tendrás que casar con esa persona NO, se trata de respeto, de honestidad y por su puesto de afectividad. Será un recuerdo permanente para el resto de tu vida, no lo frivolices, no lo hagas si aún no te apetece realmente. Y por supuesto, no te confundas, alguien que te presiona para hacer algo que realmente tú no quieres, que no respeta tu evolución y que no está dispuesto a esperar al momento adecuado para ti NO está realmente interesado en ti y debes valorar si realmente te merece la pena tener un encuentro sexual con una persona así.

 

9. No deseo fingir el orgasmo.

“Me cuesta mucho alcanzar el orgasmo y finjo muy a menudo, tengo miedo de decirle la verdad a mi pareja porque sé que va a pensar que no es capaz de satisfacerme y se va a sentir mal”; “Mi marido piensa que mi descenso de la lívido es a causa de que ya no me excita, le genera inseguridad e incluso celos, prefiero fingir antes de tener que soportar después sus reproches”

  •  Si no llegas, independientemente de por la razón que sea, teatralizar para no dañar la autoestima de tu pareja no es la solución. Antes o después te pasará factura, tanto a ti, como a tu relación. Si es algo que te lleva sucediendo mucho tiempo deberías sincerarte y consultar con alguien especializado, si te está sucediendo desde hace poco tiempo probablemente sea una situación pasajera, céntrate en disfrutar.

 

  1. No pretendo tener un orgasmo del que me arrepienta después.

“Me ha vuelto a pasar, este sábado conocí a alguien en la discoteca, y como dice mi madre, por la noche todos los gatos son pardos, entre bromas y risas acabé teniendo sexo a pesar de que le acababa de conocer”.

  •  Si no te supone un problema flirtear e intimar con alguien desconocido en una primera cita, no le des más vueltas, quédate con el momento, no te martirices posteriormente pensando: “ahora resulta que si mi prima me ha dicho …” y cuestiones por el estilo. NO, no te vas a ir a vivir con esa persona, TAMPOCO TIENES QUE VOLVER A TENER SEXO CON ESA PERSONA SI NO QUIERES.

Si no estás entre ese tipo de personas que viven su sexualidad de forma más espontánea y sabes que después te va a pasar factura, tú decides, los tiempos que necesitas los marcas tú, dejarse guiar por lo que hace la mayoría en estos casos no funciona, debemos ser consecuentes con nosotrxs mismxs.

 

  

Necesitamos libertad y empoderamiento sexual para aceptarnos ante nuestras inseguridades, para que nos importe un pimiento el “qué va a pensar de mí”, para atrevernos a explorar nuestro cuerpo sin temores ni culpas, para expresar con claridad nuestras preferencias, para decidir con rotundidad sobre nuestra sexualidad, y sobre todo necesitamos asimilar que todo lo anterior depende de nuestra determinación.

 Esperar sentad@s a que las cosas cambien por arte de magia, a que los demás se den cuenta de nuestras “pajas mentales” y las solucionen por nosotros, no nos llevará jamás al lugar donde pretendemos ir.

 Las cosas no cambian si no eres capaz de mover un solo dedo (nunca mejor dicho) …

 

Nota: Todas las frases tomadas como ejemplos estás extraídas de conversaciones reales durante la consulta sexológica.

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