Sexología

SEXO MADURO

El sexo es tan bueno como tú quieras que sea. Y el sexo maduro no es una excepción.

El descenso del deseo sexual, las dificultades para excitarse, las cargas familiares, el peso de los años en la relación de pareja … todo eso, en realidad son excusas. Excusas que nos decimos para no ponernos manos a la obra.

Y no nos ponemos a trabajar en ello, porque creemos que lo que toca es resignarse.

Estamos convencidos/as de que ya no hay remedio ya que eso es lo que llevamos escuchando toda la vida. Y si a eso le sumamos que no aceptamos ni gestionamos los cambios fisiológicos, el fracaso está servido.

Pero lo cierto, es que con la madurez hay una mayor conciencia sexual, tenemos más claro qué buscamos, cómo podemos lograrlo, o como lo mejoramos.

La cantidad se trasforma en calidad, ya que la probabilidad de tener actividad sexual disminuye a medida que los años pasan, pero no sucede lo mismo con el placer. De hecho, el nivel de satisfacción con su vida sexual aumenta.

Pero todo esto llega sólo si no nos hemos rendido antes.

Desde un punto objetivo, el cuerpo cambia, eso es cierto, las erecciones no son igual de rápidas y duras con 20 años que con 50. En cambio, a los 50 se tendrá un mejor control del reflejo eyaculatorio así como un mejor dominio de los recursos sexuales en general.

En cuanto a nosotras las mujeres, que también arrastramos nuestra propia carga ligada a la belleza y los estereotipos, la confianza y la desinhibición en el terreno sexual aumenta con los años y es a partir de los 40 cuando los orgasmos suelen volverse más intensos y numerosos. Y a partir de los 50 se puede descubrir un nivel de experimentación y diversión que nunca hubiera soñado en sus años más jóvenes al no tener que preocuparse por el embarazo.

Muchas mujeres achacan la evitación del sexo a la repentina sequedad vaginal, pero eso es sólo un pequeño inconveniente muy fácil de solucionar utilizando un gel lubricante de calidad.

 

¿Qué factores son los que ayudan a mejorar la satisfacción con la edad?

– Una mayor aceptación del cuerpo.
– Menos prejuicios ayudan a pedir lo que les gusta sin miedo ni vergüenza.
– Cierta estabilidad económica ayuda a despejar de incertidumbre el día a día.
– Más tiempo libre que permite tener tiempo para experimentar.
– Mejora la relación de pareja debido a todo lo anterior.

En definitiva, el sexo maduro sólo es una etapa más en nuestra evolución erótica y sexual, no va a ser igual que en la juventud, y puede ser mucho mejor si sabemos plantearlo.

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