Sexología

ACOSO SEXUAL

Aún no me puedo creer lo que me ha sucedido. Y lo más indignante es que me dijera: “Llevas provocándome toda la noche con las miradas …”
El sábado me tocó trabajar en la barra, no me considero sex simbol, soy de lo más normal. Mi actitud es cordial y amable como la de cualquier persona que quiera desarrollar bien su trabajo en el sector hostelero.

Una hora antes de cerrar, aún quedaban bastantes clientes en el local, cuando entró esta persona.
Como no traía compañía, se fue acercando a cada uno de los grupos que estaban tomando un refrigerio.
Me di cuenta de que con gesto hostil le daban de lado e iba al siguiente objetivo. Nadie me dio quejas de su conducta, no parecía conflictiva.


Poco a poco se fue despejando el local hasta que nos quedamos solos, ahí fue cuando comencé a pasarlo realmente mal.
Esta persona, haciendo caso omiso a mis negativas, siguió haciéndome propuestas cada vez más soeces y explícitas. Mi nivel de incomodidad ascendía por minutos hasta que finalmente veo como se dirige hacia el interior de la barra a la voz de “esta noche quiero follar”, se me abalanzó y me agarró del pantalón a la altura de la bragueta para besarme. Inmediatamente le di un empujón y me reafirmé en mí NO, a lo que me contestó: “Llevas provocándome toda la noche con las miradas …”.
Entonces, alzando la voz le contesté: “¡Vete de aquí!”, mientras le señalaba la puerta con mi mano temblorosa.
Se marchó lanzando multitud de improperios. Yo respiré con alivio, me había librado por muy poco de una buena …”

¿De qué creéis que se había librado? ¿Qué habéis visualizado?

Este es el relato resumido de un hombre que vino a pedirme consejo tras este caso de acoso sexual. Cuando una mujer se encuentra en esta situación, teme por su integridad física en primera instancia. En este caso, al ser un hombre el acosado su temor era el problema que le podía suponer el hecho de poner límites a esa mujer para evitar el contacto físico.

El sabía que podía bloquearla en cualquier momento, pero qué pasaría después …ahí lo dejo.
Y una última pregunta, sabiendo que en este caso la víctima fue un hombre y la agresora una mujer, ¿alguien se ha parado a pensar que ropa llevaba él?, ¿la hora que era?, o si ¿realmente le había provocado con la mirada como ella decía?

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

uno × 4 =