¿Se puede reparar una relación si ha habido una infidelidad?
No te pierdas el ? VIDEO al final del artículo para descubrir todo lo que necesitas saber sobre la infidelidad.
La respuesta a esta pregunta es, depende del restablecimiento del vínculo de confianza entre ambos y el grado de afectación de éste, pues en algunos casos queda permanentemente dañado y la separación es la mejor solución para los dos.
Las investigaciones muestran que las crisis de pareja por infidelidades, no tienen por qué suponer el final de una relación. Ni tampoco impedir que esas relaciones funcionen bien a partir de ese momento.
Hay una serie de patrones de comportamiento previos que llevan a la infidelidad, es posible intervenir en esos patrones de conducta y en los aspectos del contexto que han llevado a esa situación, y «desactivarlos». Nadie es infiel por naturaleza, sino que se aprende ser infiel, y todo lo que es aprendido puede ser desaprendido.
Lo que es cierto, es que hay una serie de falsos mitos en torno a la infidelidad que dificultan el poder superar este hecho y continuar con la relación. En el vídeo desarrollo punto por punto esta serie de creencias populares.
- Si lo ha hecho una vez lo hará más veces.
- La persona que es infiel no ama a su pareja.
- La infidelidad es fácilmente detectable “todo el mundo lo sabía menos yo.”
- Es culpa de una tercera persona que se mete en la relación.
- Después de una infidelidad ya nada puede volver a ser igual por lo que es imposible salvar la relación.
¿Qué se puede hacer para superar la infidelidad?
Aceptar el dolor de lo sucedido, y no permanecer en la posición de víctima:
Es normal que cuando se descubre la infidelidad el dolor tome el control de nosotros. No pasa nada, es la primera etapa que deberemos superar (una vez aceptada la infidelidad, porque podría haber una etapa previa de negación de la misma).
Principalmente el dolor en estas situaciones suele estar ligado a tres posibles pensamientos o ideas internas de la persona:
No soy suficiente: La persona que sufre la infidelidad vive la experiencia como una derrota y una demostración de no haber estado a la altura. Incapaz de satisfacer las necesidades de su pareja, suele acarrear excesiva culpa, algo incompatible con la superación de la infidelidad.
El miedo a la soledad: Asociar la infidelidad a ruptura de la relación y extenderlo a la posibilidad de no volver a encontrar a alguien en un futuro. Cosa que es normal, a todos nos da miedo estar solos en este mundo, pero si este miedo se vuelve excesivo, los problemas estarán servidos.
Miedo al abandono: Hay personas que llevan bien la soledad, pero muy mal el proceso de abandono en concreto. Suelen ser personas que tardan mucho en comenzar las relaciones y que una vez empezada, se involucran intensamente; pero el dolor que sufren cuando pierden la relación es muy elevado.
Junto con este dolor, es habitual que venga el sentimiento de víctima en el cual, la otra persona que nos ha sido infiel deba reparar el dolor que nos ha causado. Esto también es normal e incluso recomendable, ya que la otra persona debe ver el dolor causado y nosotros debemos ser libres de poder expresarlo.
El problema viene cuando nos enquistamos en esta posición retroalimentando el bucle de “yo soy la víctima y tú tienes que compensarme”. Esto suele empezar con ataques por parte de la víctima y llegado un punto, el mismo infiel puede cansarse y empezar a pagar también con ataques.
Así pues, es recomendable dejar de lado poco a poco el victimismo y situarnos en una posición más activa que busca defender sus intereses, proponer cambios y forma de solucionar el deterioro causado y dejar claro cuáles son las nuevas condiciones y límites. Y si la otra parte no accede, entonces, dar el paso de dejar la relación.
Entender por qué se permanece en la relación
En el caso de que se siga dentro de la relación, será fundamental, para tomar unas u otras decisiones, comprender por qué.
Algunas posibilidades:
- Miedo a no sentirse válido o al sentimiento de fracaso.
- Preocupación por el qué dirán.
- Miedo al sufrimiento de terceros (hijos, otros familiares, etc).
- Dependencia emocional.
- Dependencia material o económica.
Una vez comprendido el motivo por el cual se permanece habrá que preguntarse: ¿Si resolviese este problema o ya no existiese ese motivo, seguiría en la relación? Si la respuesta es que no, quizá el trabajo deba centrarse en solventar ese punto más que en forzarse a arreglar una relación que en el fondo, no quieres para ti.
No etiquetar al infiel
Sobre todo, en aquellos casos en los que la persona que ha cometido la infidelidad demuestra arrepentimiento y actos claramente activos por reparar y sanar la herida; disminuir la etiqueta de infiel será crucial para seguir avanzando.
Esta etiqueta hace que la persona que la porta sienta que no tiene escapatoria y que ha perdido todas sus demás cualidades positivas, lo que a la larga minará su autoestima y sus ganas de seguir mejorando.
Paralelamente, la persona que pone la etiqueta y que está dolida por la infidelidad, puede utilizarla como castigo, pero el efecto que se conseguirá será permanecer en un estado de hipervigilancia que hará que cualquier comentario o conducta “del infiel” se interprete como señales que confirmen la etiqueta. Pero lo que es aún peor, no seremos capaces de ver cosas positivas.
Por tanto, será fundamental entender que haber cometido la infidelidad, es una conducta reprobable, pero la persona es mucho más que esa misma conducta; y deberá ser tratada por todo lo que es, no solo por esa mancha negra en su expediente.
Explorar el significado de la infidelidad para cada miembro de la pareja
No todo el mundo tiene por qué experimentar y percibir una infidelidad del mismo modo. De hecho, lo más normal es que de primeras, no se vea esta crisis de pareja de la misma manera.
Por ejemplo, no es raro darse cuenta, en situaciones como esta, que la definición del término «infidelidad» que tiene cada uno es diferente, y que para muchos no se limita solo a los encuentros físicos. Hablar sobre esto ayuda a que quien la ha cometido sea más consciente del daño que ha hecho.
Partir desde cero. Perdón y arrepentimiento sincero.
Superar una infidelidad es, en parte, saber fundamentar de nuevo la relación sobre las bases de la confianza.
Pero la otra parte también debe hacer el esfuerzo de continuar sin mirar atrás, evitando a toda costa mencionar lo sucedido y caer en acusaciones o reproches, pues uno de los principales problemas a los que las parejas suelen enfrentarse tras haber vivido este tipo de situaciones es al clásico “Perdono pero no olvido”.
https://youtu.be/BFWRCwAuat0
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